En otro tiempo, ustedes eran oscuridad; pero ahora son luz en el Señor.
Por tanto, vivan como hijos de luz (porque el fruto del Espíritu se manifiesta en toda bondad,
justicia y verdad), y comprueben lo que es agradable al Señor.
Efesios 5:8-10
Pablo nos recuerda que antes éramos oscuridad, antes de conocer a Cristo vivíamos en tinieblas, éramos tinieblas. Pero ahora somos luz y siendo luz debemos brillar.
Nuestra vida debe reflejar la luz de Cristo. Cada día de nuestra vida debe verse reflejada la bondad, la justicia y la verdad. Y recordando lo que hemos estudiado, lo que reflejamos impactará a quienes nos rodean. Vivamos siendo amables, mostrando el amor de Cristo con justicia, sin llamarle a lo bueno malo y a lo malo bueno; vivamos en la verdad ser transparentes y dejar de vivir a medias para vivir en la voluntad de Dios y así vivir la vida que agrade a nuestro creador.
Vivamos en la luz, vivamos siendo amables, justas, con principios morales y con coherencia.
No tengan nada que ver con las obras infructuosas de las tinieblas; al contrario, denúncienlas.
¡Hasta vergüenza da hablar de lo que ellos hacen en secreto!
Efesios 5:11-12
Nada que ver con las obras infructuosas de las tinieblas. Porque tú y yo ahora somos luz, ya no sigamos en lo que en otro tiempo estábamos, ni siquiera nombrarlas, ya no lo traigamos a memoria.
Seamos luz, necesitamos ser luz a quienes nos rodean y que con ello, la obscuridad, las tinieblas en las que viven algunos sean alumbradas, por eso dice: “Pero cuando todas las cosas son expuestas a la luz, quedan de manifiesto; porque la luz lo manifiesta todo.” (Efesios 5:13)
Oremos a partir de ahora: Por eso dice:«Despiértate, tú que duermes. Levántate de entre los muertos, y te alumbrará Cristo.» (Efesios 5:14), pidamos al Espíritu Santo que despierte nuestro espíritu si es que aún duerme. Oremos mujer, ya no vivamos vencidas por el sueño espiritual, necesitamos despertar cuanto antes.
Por tanto, ¡cuidado con su manera de vivir! No vivan ya como necios,
sino como sabios. Aprovechen bien el tiempo, porque los días son malos.
No sean, pues, insensatos; procuren entender cuál es la voluntad del Señor.
Efesios 5:15-17
Vivamos siendo luz, aprovechemos bien el tiempo, compartamos con otros la salvación por medio de Jesús. Ya no vivamos a medias, Cristo viene pronto y nosotras no podemos ni debemos perder el tiempo. Vivamos para Dios, vivamos reflejando la luz de Cristo y seamos luz para con los de dentro y los de fuera.
Y por último, el apóstol Pablo nos instruye a vivir la vida plenamente; cuando menciona: “No se emborrachen con vino, lo cual lleva al desenfreno; más bien, llénense del Espíritu.” (Efesios 5:18) nos muestra la plenitud con la presencia del dulce Espíritu Santo; el alcohol (o cualquier otra cosa que nos produzca felicidad momentánea) da una sensación de plenitud mientras dura su efecto, satisface al cuerpo por un tiempo, después viene la consecuencia física y moral.
El llenarnos con la presencia del dulce Espíritu Santo nos dará una vida plena en toda área, sobre todo viviremos en paz. Una paz que el mundo no conoce y que nada fuera de Él la puede dar.
Cuando nuestro Señor nos llene con la presencia de Espíritu Santo se notará, porque habremos de dar testimonio de lo que Él está haciendo en nosotras haciendo realidad la siguiente escritura:
Hablen entre ustedes con salmos, himnos y cánticos espirituales;
canten y alaben al Señor con el corazón, y den siempre gracias por todo al Dios y Padre,
en el nombre de nuestro Señor Jesucristo.
Efesios 5:19-20
ü¿Qué palabras nos caracterizan?
ü¿Es nuestra habla un reflejo de la luz de Cristo?
üCuando hablamos con otros ¿Nuestras palabras son de bendición y alabanza a Dios? ¿Sólo hablamos en descontento con Dios?
ü¿Qué tanta santidad es reflejada a través de nuestros labios?
ü¿Somos mujeres agradecidas con Dios?
ü¿Nuestras palabras son caracterizadas por la gratitud a Dios o hablamos amargamente?
Para meditar juntas mí querida amiga.
En Su Gracia
Karla