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¿Se aprende a orar?

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 Estad siempre gozosos.
 Orad sin cesar.
 Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios
para con vosotros en Cristo Jesús.

1 Tesalonicenses 5:16-18





La oración es vital en la vida de cualquier persona que conoce a Dios. Hemos subestimado el poder de la oración y poco a poco hemos dejado de orar como se nos indica en la Palabra de Dios.


Son pocas las personas que se interesan en la oración; más aún, se ha desatendido esta práctica tan importante en muchas congregaciones al grado de no tener tiempo de oración antes de los cultos,  ni entre semana, ni en reuniones especiales con los diferentes miembros.


Uno de los errores que más cometemos es: pensar que todos sabemos orar. Cuando llegamos al cristianismo nos hicieron saber que orar es platicar con Dios, que necesitamos orar por lo menos 15 minutos al día y que Dios nos escucharía porque para eso es la oración. Es cierto, la oración es nuestra comunicación con Dios, pero ¿cómo oro? ¿Necesitan ser los 15 minutos diarios? ¿Hay algo que debo y no debo hacer al estar orando? ¿Y qué si repito y repito la misma oración todos los días?  ¿Puedo llegar a orar sin cesar?


En realidad nunca he conocido a alguien que ore durante todo el día y no haga algo más. Entonces ¿Cómo puedo comenzar a orar más y hacer de la oración parte de mi vida?


Jesús fue un hombre de oración, tal era el ejemplo que daba que sus discípulos le pidieron que les enseñase a orar; no le pidieron que les enseñará a expulsar demonios, ni a caminar sobre el agua, tampoco pidieron que se les enseñara a sanar enfermos, ellos querían aprender a orar.



Aconteció que estaba Jesús orando en un lugar, y cuando terminó,
uno de sus discípulos le dijo: Señor, enséñanos a orar,
como también Juan enseñó a sus discípulos.

Lucas 11:1



No soy experta en la oración, cada día todos los cristianos estamos aprendiendo a hacerlo mejor, a entregarnos más de lleno a la oración, a leer su Palabra y vivir de acuerdo a ella. Y algo que he aprendido es a orar conforme está escrito, la Biblia tiene cantidad de ejemplos de oración desde el principio hasta el final; los Salmos son ejemplos clarísimos de la oración de hombres de Dios que sabían cómo dirigirse a su creador.


Una de las cosas que tú y yo debemos tener en cuenta es precisamente la Palabra de Dios. ¿Por qué menciono esto? Porque muchas de nosotras hemos aprendido a orar por lo que escuchamos de otras personas, oramos lo que otros dicen, adoptamos posturas y palabras que otras personas dicen sin tomarnos el tiempo para leer más la Palabra de Dios y conocerlo a Él, su divinidad, sus anhelos, deseos y sobre todo, conocer sus atributos.


Conocer más a Dios a través de la oración, nos llevará a una vida de comunión genuina y nos impulsará a crecer y a ser transformadas de acuerdo Él desea que lo seamos. Una comunión con nuestro creador nos transforma de dentro hacia fuera.



¿CÓMO COMIENZO A ORAR?



Tal vez aún no tengas un tiempo designado a la oración diaria y estés comenzando en este camino de comunión con Él. ¿Qué te parece si oramos durante todo el día? 

Desde que despertamos tratemos de tener a nuestro Dios presente en nuestra mente. Oremos dando gracias por las misericordias nuevas a nuestra vida, por preservar nuestra alma, por una oportunidad para vivir y compartir de su evangelio a quienes nos encontremos en el día.

Por nuestro esposo, es la primer persona que vemos al despertar, podemos aprovechar esos minutos que estamos al lado de ellos para bendecirlos, darles Palabra de Dios y amarles.

Por nuestros hijos, por la gran bendición que tenemos al ser madres, oremos por cada uno de ellos bendiciendo su vida y por protección.

Al mirarnos al espejo, cambiemos nuestra forma de vernos, en lugar de estar al espejo tratando de corregir imperfecciones, bendigamos todo nuestro cuerpo, demos gracias a Dios por nuestras piernas, brazos, ojos, cabello, todo lo que Dios ha creado en nosotras.

En los medios de transporte dando gracias a Dios porque tenemos todo para llegar a nuestro destino, por cubrirnos de todo mal, pidiendo dirección y sabiduría para continuar con la carrera que Él nos ha encomendado.

En las escuelas de nuestros hijos, por la oportunidad que tienen al estudiar, por gracia de Dios en ellos delante de sus profesores y compañeros, oremos por protección de ellos en ese lugar y a la entrada y salida de las instalaciones.


Y así durante el día, podemos hacer de nuestra rutina una oración. Continuar orando mientras guisamos, cuando hacemos el mercado, mientras lavamos y hacemos quehaceres del hogar, antes de comer, al jugar con nuestros hijos, al estar en espera de algo o alguien y antes de dormir.




NO OLVIDES:

Pensar en lo que oramos. En verdad pongamos atención a lo que oramos, no se trata de llenar minutos orando sin sentido, sino reconociendo que nos estamos dirigiendo a Dios, el creador del universo quien se toma el tiempo para escuchar nuestra oración aún sabiendo de antemano lo que diremos.

Leer la Biblia para orar conforme a su voluntad.  Así conoceremos los atributos de Dios, promesas y Palabra que tenga para nosotros y sobre ello orar, con fe.

Memoriza la Palabra y órala. Orar pasajes de la Biblia no asegura que nuestra oración sea efectiva, pero al leerla, aprenderla y orarla aprendemos cómo dirigirnos a Dios y nos sirve para entender más Su voluntad.


Recuerda que hemos sido llamadas a orar.



  • Estén siempre alegres, oren sin cesar, den gracias en todas las circunstancias; porque esta es la voluntad de Dios en Cristo Jesús por vosotros. (1 Tesalonicenses 5: 16-18)
  • Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias.(Filipenses 4: 6)
  • Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil. (Mateo 26:41)
  • Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen (Mateo 5:44)
  • gozosos en la esperanza; sufridos en la tribulación; constantes en la oración (Romanos 12:12)


¿Qué otras maneras has encontrado para hacer de tu día, un día de oración?



“Prefiero enseñar a un hombre a orar que a diez hombres a predicar” 

— Charles Spurgeon




En Su Gracia



Karla


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