No podíamos hablar de la mujer virtuosa sin mencionar quién la describió y a quién fue descrita. Acostumbramos a estudiar a la mujer virtuosa, sus características y todo cuanto ella hace, pero, nos tomamos poco tiempo para estudiar su contexto.
Necesitamos identificarnos con una y otra, es decir, con la mujer que describe a la esposa ideal (la madre de Lemuel) y a su vez ser esa mujer ideal, esa mujer virtuosa.
Palabras del rey Lemuel; la profecía con que le enseñó su madre.
¿Qué, hijo mío? ¿y qué, hijo de mi vientre?
¿Y qué, hijo de mis deseos?
¿Y qué, hijo de mis deseos?
No des a las mujeres tu fuerza,
Ni tus caminos a lo que destruye a los reyes.
Ni tus caminos a lo que destruye a los reyes.
No es de los reyes, oh Lemuel, no es de los reyes beber vino,
Ni de los príncipes la sidra;
Ni de los príncipes la sidra;
No sea que bebiendo olviden la ley,
Y perviertan el derecho de todos los afligidos.
Y perviertan el derecho de todos los afligidos.
Dad la sidra al desfallecido,
Y el vino a los de amargado ánimo.
Y el vino a los de amargado ánimo.
Beban, y olvídense de su necesidad,
Y de su miseria no se acuerden más.
Y de su miseria no se acuerden más.
Abre tu boca por el mudo
En el juicio de todos los desvalidos.
En el juicio de todos los desvalidos.
Abre tu boca, juzga con justicia,
Y defiende la causa del pobre y del menesteroso.
Y defiende la causa del pobre y del menesteroso.
Proverbios 31:1-9
¿Qué aprendemos y qué podemos aplicar a nuestra vida de las enseñanzas de esta madre? Quien, por cierto, la vieja tradición judía cree que se trataba de Betsabé aconsejando al sabio rey Salomón.
¿Cómo podemos seguir su enseñanza para aconsejar a nuestros hijos en la cultura de hoy? ¿Acerca de qué temas debemos hacer énfasis en la enseñanza a nuestros hijos?
Porque las cosas que se escribieron antes, para nuestra enseñanza se escribieron,
a fin de que por la paciencia y la consolación de las Escrituras, tengamos esperanza.
Romanos 15:4
La cultura de hoy, este tiempo que nos ha tocado vivir va contra todo lo que la Palabra de Dios nos exhorta. Nos ha tocado vivir en un tiempo lleno de inmoralidad, abusos, adicciones y nosotras siendo madres, siendo ancianas y mujeres que aman y sirven a Dios, debemos inculcar a nuestros hijos y jóvenes a vivir de acuerdo a lo establecido en la Palabra de Dios, no en el mundo, sus convicciones y creencias.
La madre de Lemuel le conocía y conocía lo que estaba siendo de influencia en los jóvenes de aquellos tiempos. Nosotras, como ella, tenemos la tarea de estar al pendiente de lo que sucede alrededor nuestro, fuera de nuestra burbuja y sin involucrarnos ni ser parte de la cultura de este tiempo; ver y conocer qué es lo que pudiera ser una tentación para nuestros hijos y trabajar desde ahora en eso.
…La madre de Lemuel tenía buena comunicación con su hijo, buscaba el tiempo para darle consejos.
…Se tomó el tiempo para instruirlo.
…Le habló de las tentaciones que quizá eran con las que batallaban más en esa época y que si vemos ahora, aún existen y se han agregado otras más.
¿Cuánto tiempo nos tomamos para conocer a nuestros hijos?
¿Cuánto de lo que hacemos en el día los incluye a ellos?
¿Conocemos sus debilidades, luchas y temores?
¿Oramos lo suficiente por ellos y con ellos?
¿Nuestros hijos saben que cuentan no solo con nuestro apoyo moral, físico y económico sino también espiritual?
La madre de Lemuel se tomó el tiempo de instruirlo como varón, como cabeza de una nación pues era un rey, lo instruye a vivir siendo ejemplo a seguir y por supuesto, lo instruye en cómo ser un futuro esposo al presentarle las características de la esposa ideal.
¿Nosotras estamos formando a caballeros y futuros esposos y padres de familia?
Después de tomarse el tiempo para instruirlo le menciona las características de la mujer ejemplar, era como decirle: “Necesitas ser un varón ejemplar para poder recibir una mujer ejemplar”.
Y esa mujer puede intimidarnos, parece ser inalcanzable, puede deprimirnos si nos comparamos con ella en cada paso, pero, estudiemos sus características ¿Quién es esa mujer virtuosa? ¿Qué hace? ¿Cómo puedo llegar a ser como ella? ¿Se puede?
Y es que cuando leemos las características de esta mujer podemos emocionarnos y buscar ser una mujer virtuosa, o bien, podemos deprimirnos al compararnos con ella. Es perfecta, pareciera irreal, que nunca habla ni da su opinión, una mujer que no grita, que no se desespera ni pierde la cordura. ¿Acaso existe? Es una esposa ejemplar, una madre ejemplar, una empresaria ejemplar, una mujer ejemplar.
Quizá hoy no somos ni la mitad de lo que es ella, quizá nuestros errores es lo primero que se nos viene a la cabeza cuando nos vemos a la luz de esa escritura, pero, todos estos versículos que la describen, nos animen a buscar ser cada día mejores, tenemos a Cristo, y al Espíritu Santo que nos moldea a la imagen de nuestro Creador, hay esperanza. En Cristo hay esperanza.
Necesitamos tener nuestro espíritu enseñable para recibir lo que Dios nos estará mostrando y vivir de acuerdo a ello un día a la vez. Todas nosotras aún tenemos esa naturaleza pecaminosa adámica y aunque el pecado ya no reina en nosotras, aún podemos tropezar y caer. Aún tenemos fallas, debilidades, en ocasiones actuamos como si no conociéramos a Dios, pero todo eso, todos esos fallos que reconocemos y los que aún no, si permitimos que Dios nos pula día a día, seremos transformadas.
Hoy tal vez aún no lo veamos, pero Dios nos está moldeando y santificando, nos está puliendo cada día y aunque a veces duele, todo eso tendrá una gran recompensa porque al final mostraremos lo que Él está formando lentamente, mostraremos su belleza, su carácter en nosotras, su amor, su obra.
Me encanta leer que es una mujer en toda la extensión de la palabra y aunque en la cultura actual su descripción no es atractiva, aunque parezca ser una mujer sin valor y servil con el paso de los días nos daremos cuenta que no es así, ella es una mujer plena y valiosa.
Hay mucha enseñanza para nosotras en estos versículos, en todo el Proverbio 31.
Vemos que los versículos 1 al 9 nos enseña:
· De maternidad y comunicación con nuestros hijos.
· A ser una madre que ora por sus hijos.
· Una madre que ama a sus hijos.
· Que los instruye en la disciplina y amonestación del Señor.
· Como preparar a nuestros hijos varones para una mujer virtuosa.
· Como ser y enseñar a nuestras hijas a ser esa mujer virtuosa.
Nos enseña a ser mujeres de valor porque aun siendo solteras podemos aprender de esta mujer. Y es que al matrimonio a veces llegamos sin saber nada de nada, pero otras veces nuestra madre se encarga de enseñarnos a ser esposa, tomamos de su ejemplo, aprendemos de cocina, de modales con el esposo, no aprendemos en el momento de decir “si acepto”, aprendemos desde antes, nos preparamos desde antes, más aún cuando somos mujeres temerosas de Dios así que ¡ánimo! Aunque seas soltera, mucho tenemos que aprender juntas.
De esta mujer virtuosa en los siguientes días podemos aprender:
· Es una mujer que tiene bien claras sus prioridades.
o Su esposo.
o Sus hijos.
o Su hogar.
o Trabajo secular.
· Nos enseña de matrimonio.
· Nos enseña de carácter.
· Nos enseña de vida en familia.
· Nos enseña de la vida espiritual.
¡Mucho que aprender de esta mujer!
¿Estás lista para comenzar a reconocer esas cualidades en ti? ¡Estás lista para aceptar errores y admitirlos sin temor? No somos perfectas, ni lo seremos en esta tierra, pero dejemos que Dios nos moldee cada día a la imagen de nuestro Señor Jesucristo.
Padre, dame un espíritu enseñable para recibir tu instrucción y vivir de acuerdo a tu Palabra, Moldéame, transfórmame en Cristo Jesús, Amén.
En Su Gracia
K A R L A
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