Hemos estando leyendo acerca de cómo es la mujer virtuosa, la mujer descrita por el rey Lemuel según el consejo de su madre. Una mujer excelente. Una mujer que nos enseña de matrimonio y de vida en familia también, una mujer tan comprometida con Dios, con la seguridad e identidad que Dios le da, sabia, con sus prioridades bien definidas, una mujer de la que tenemos mucho que aprender.
Se levanta aun de noche y da comida a su familia
Y ración a sus criadas.
Y ración a sus criadas.
Proverbios 31:15
¿Qué tan comprometida estaría con su familia que se levantaba aún de noche para alimentarles? Parece tan inalcanzable el ser como ella, parece irreal una mujer así, pero vamos un día a la vez amada hermana, un día a la vez.
· Sacrificaba su descanso para atender a los suyos.
· Versículos antes dice que lo hacía con agrado.
· Preparaba ella con sus manos los alimentos de su familia.
· Ella hacía las compras del hogar.
· Supervisaba y se aseguraba que el alimento fuera de calidad para su familia.
· Este versículo habla de ese amor por atender de manera eficaz a los suyos.
· Y habla también de su corazón de sierva al pensar en aquellos que trabajaban para ella.
¿Sabes? Quizás eso de la alimentación podría parecer “irrelevante”y que no hay problema si desayunan a tiempo o no, pero, el tiempo que dedicamos para preparar los alimentos y el compartirlos juntos habla de lo mucho que les amamos y de lo mucho que nos importan.
El tiempo de comida es hermoso e importante, desde antes de sentarnos a la mesa, desde la planeación y preparación de los alimentos le estamos diciendo a nuestra familia cuánto nos importan, sin palabras les decimos que los amamos, que pensamos en ellos y en su bienestar.
La hora de comida debiéramos aprovecharla al máximo con los nuestros, sobre todo en estos tiempos que la vida es tan acelerada, donde en ocasiones sólo compartimos una comida al día. Aprovechemos la bendición de estar todos juntos compartiendo los alimentos para conversar, para conocer más a nuestros hijos, para disfrutar lo bueno que ha sido Dios con nosotros.
Evitemos al máximo el uso de aparatos electrónicos en la mesa. No celulares, no auriculares y mi recomendación es que no haya televisión en el lugar donde comemos o por lo menos no encendida porque nos perdemos de esas oportunidades para conversar y compartir unos con otros.
Mi querido abuelo político, el abuelo de mi esposo acostumbraba hacer “charlas de sobremesa” con quienes compartía los alimentos. Eran tiempos maravillosos donde platicaba sus experiencias, uno que otro chiste y nos hacía preguntas para conocernos más, para saber más de nosotros y estar pendiente. Anhelo esos tiempos con mis hijos, irles enseñando desde pequeños que esos tiempos son oportunidades maravillosas para conversar, para disfrutar, para instruir valores y modales también.
Al leer las referencias cruzadas, ( Salmos 119:147-148; Marcos 1:35; Lucas 12:42; Romanos 12:11; Proverbios 20:13) entendía que más importante que el alimento físico es el alimento espiritual. La mujer virtuosa era una mujer temerosa de Dios, y como hemos visto, tenía sus prioridades bien definidas. Ella se levantaba aún de noche antes de que amaneciera; y mira lo que dice Marcos 1:35 “Levantándose muy de mañana, siendo aún muy oscuro, salió y se fue a un lugar desierto, y allí oraba.” nuestro Señor Jesús. Él se levantaba aun de noche para encontrarse con nuestro Dios.
¿Qué de nosotras? ¿Damos esa importancia a nuestro tiempo de oración y lectura de la Biblia? Quizás no de madrugada, pero, ¿qué lugar tiene en nuestro día nuestro tiempo devocional?
Cuando nosotras damos esa prioridad al Señor, estamos mostrándole a los nuestros que amamos a Dios, les mostramos la importancia de buscar Su Rostro y que nada es más importante que Él.
Necesitamos alimentarnos de la Palabra de Dios y con ello, alimentar a los nuestros. En lo natural ¿Cómo podríamos darles un alimento que nosotras no hemos ingerido? ¿Cómo darles lo que no tenemos? Lo mismo sucede en lo espiritual.
La alimentación espiritual es más importante porque al ingerirla y llenarnos de Él, podemos compartirlo con los nuestros, los guiamos a Cristo, les enseñamos a discernir lo falso de lo verdadero, les ayudaremos a encontrar las respuestas a sus dudas, les daremos dirección, los ayudaremos a conocer el Evangelio, etc.
Y conocerlo de buena fuente. Esa es nuestra labor, no la deleguemos a los maestros de la escuela dominical, en realidad es un trabajo en conjunto con ellos. En casa la enseñanza es todo el tiempo posible, con nuestro ejemplo, con tiempos devocionales o estudios en familia; la escuela dominical nos ayuda a reforzar lo enseñado en casa.
Para nuestros hijos, nosotros somos el mayor ejemplo de una vida victoriosa en Cristo, ellos percibirán el amor y devoción que le tenemos, y con ello, buscarán acercarse al evangelio. Tengamos en cuenta lo importante que es evangelizar a nuestros hijos, ellos deben encontrarse con Cristo pues la salvación es personal. Podrán haber nacido en un hogar cristiano, pero, eso no es garantía de salvación, ellos necesitan escuchar el evangelio y verlo real en sus padres.
Comencemos a evangelizar con más pasión en nuestro hogar, nuestro territorio. Hablemos a nuestros hijos las buenas nuevas de Cristo y confiemos que la salvación de ellos le corresponde al Señor, en Su tiempo. Demos testimonio de Él.
“La Palabra de Dios es el alimento por el cual la oración es nutrida y hecha fuerte”
-E.M. Bounds.
En Su Gracia
K A R L A
1 Fragmento tomado del Artículo "Nuestros hijos necesitan escuchar el Evangelio" publicado originalmente en Soldados de Jesucristo
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