Para comenzar…
Como cada lunes, te comparto el cuestionario del temade esta semana con las preguntas para completar de acuerdo con tu estudio y preguntas para reflexionar.
Oremos pidiendo que el Espíritu Santo nos dé sabiduría y nos muestre lo que Dios desea mostrarnos, a través de los versículos que estudiaremos.
Hoy queremos descubrir en dónde Jesús está escondido en la vida de José basado en los capítulos 37 al 50 del libro de Génesis. Para situarnos en la historia bíblica, recordemos que Jacob tuvo 2 esposas, este trabajó por 7 años por Raquel y su suegro Labán lo engañó entregándole a su hermana Lea; luego trabajó 7 años más para poder tomar por esposa a Raquel quien por mucho tiempo fue estéril.
Jacob la amó mucho y después de muchos años tuvieron 2 hijos, José y Benjamín. Raquel murió en el parto de Benjamín. Debemos resaltar que José fue el hijo amado de Jacob, y como veremos, eso trajo celos y problemas con los otros hijos de Jacob. En total tuvo 12 hijos, 6 con Lea, 2 con la sierva de Raquel, Bilha, 2 con la sierva de Lea, Silpa y 2 con Raquel. Todos ellos constituyeron las 12 tribus de Israel.
Hoy nos preguntamos: ¿Vemos a Dios obrando en todos los acontecimientos de nuestra vida?
¿Cómo los hermanos de José se vieron afectados por el favoritismo de Jacob? Esto fue la semilla que produjo todo, aunque sabemos que Dios está siempre en control.
“Y amaba Israel a José más que a todos sus hijos, porque era para él el hijo de su vejez; y le hizo una túnica de muchos colores. Y vieron sus hermanos que su padre lo amaba más que a todos sus hermanos; por eso lo odiaban y no podían hablarle amistosamente.”
Génesis 37:3-4
Como seres caídos que somos todos nosotros, todos los padres con nuestra forma de hablar y amar a nuestros hijos podemos pecar, porque por cuestión de personalidad puede ser que tengamos un hijo con quien tengamos más afinidad y nos llevemos mejor y se nos haga más fácil amarlo. Mientras que hay otros que nos reten, nos drenen emocionalmente y que el amor no fluya tan fácilmente, sin embargo, tenemos que mostrar el fruto del Espíritu: Amor, paciencia, dominio propio, benignidad y todo lo demás.
Gálatas 5 donde la lista del fruto del Espíritu es mencionada dice en los versículos 16-17: “Digo, pues: Andad por el Espíritu, y no cumpliréis el deseo de la carne. Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne, pues éstos se oponen el uno al otro, de manera que no podéis hacer lo que deseáis.”
No podemos solamente amar a ese hijo que es más fácil amar, tenemos incluso que recordar si somos nosotras esas hijas obedientes que siempre trae satisfacción a nuestro Dios Padre. No, no es así. Sin embargo, su amor es ilimitado y no hay favoritismo.
La historia de José es muy linda porque demuestra la soberanía, misericordia y poder del Señor a pesar del pecado. Sin embargo, no podemos perder de vista que esta familia también sufrió mucho por el favoritismo, por ese pecado, y aunque confiamos en el Señor, no queremos imitar las prácticas pecaminosas.
Una cosa que viene a nuestra mente con esta historia es que toda madre requiere lo mejor para todos sus hijos, y cuando trata con favoritismo a un hijo sobre otro, se producirán problemas entre ellos, como esta historia nos dice.
Por esto Proverbios 14:1 nos dice: “la mujer sabia edifica su casa, mas la necia con sus manos la derriba”. Antes de continuar con la historia de José, mencionemos una similitud entre José y Jesús.
Génesis 37:3 nos dice: “Y amaba Israel a José más que a todos sus hijos, porque era para él el hijo de su vejez; y le hizo una túnica de muchos colores.” Él era el amado de su padre.
Mateo 3:17 leamos lo que dijo Dios, “Y he aquí, se oyó una voz de los cielos que decía: Este es mi Hijo amado en quien me he complacido.”
Primera similitud entre José y Jesús, ambos fueron hijos amados de manera especial por su padre.
José tuvo un sueño que contó a sus hermanos en Génesis 37:7 “He aquí, estábamos atando gavillas en medio del campo, y he aquí que mi gavilla se levantó y se puso derecha, y entonces vuestras gavillas se ponían alrededor y se inclinaban hacia mi gavilla.”
Leamos la respuesta de los hermanos en Génesis 37:8 “Y sus hermanos le dijeron: ¿Acaso reinarás sobre nosotros? ¿O acaso te enseñorearás sobre nosotros? Y lo odiaron aún más por causa de sus sueños y de sus palabras.”
¿por qué reaccionarían así en lugar de solo ignorar el sueño de José?
Por los celos producidos por el favoritismo de Jacob a su hijo José. Él no solamente amó más a José, sino que también amó más a su madre, quien fue su mujer preferida también.
Sabemos que José tuvo otro sueño y lo relató a la familia, leamos el versículo 9 “Tuvo aún otro sueño, y lo contó a sus hermanos, diciendo: He aquí, he tenido aún otro sueño; y he aquí, el sol, la luna y once estrellas se inclinaban ante mí.” Y de nuevo vemos la reacción de la familia en los versículos 10-11 “Y él lo contó a su padre y a sus hermanos; y su padre lo reprendió, y le dijo: ¿Qué es este sueño que has tenido? ¿Acaso yo, tu madre y tus hermanos vendremos a inclinarnos hasta el suelo ante ti? Y sus hermanos le tenían envidia, pero su padre reflexionaba sobre lo dicho.”
¿Por qué crees que Jacob estaba reflexivo?
Porque como estudiamos la semana pasada, Dios también le había hablado a Jacob en medio de un sueño cuando iba camino a Padan Aram, después de engañar a su padre y hermano cuando salió huyendo. Jacob, es decir Israel, sabía de primera mano que Dios hablaba a través de sueños, por ello estaba tan reflexivo ante el sueño de su hijo.
Hay algunas similitudes entre José y Jesús. José no había hecho nada para producir la envidia u odio que sus hermanos tenían con él. Génesis 37:4 “Y vieron sus hermanos que su padre lo amaba más que a todos sus hermanos; por eso lo odiaban y no podían hablarle amistosamente.” Esto fue igual con Jesús como leemos en Juan 15:25 “Me odiaron sin causa.” Y la razón por la que los sacerdotes principales entregaron a Jesús fue por envidia. Marcos 15:10 “Porque sabía que los principales sacerdotes le habían entregado por envidia.”
Al continuar leyendo vemos que Israel pidió a su hijo José ir a donde estaban sus hermanos apacentando el rebaño, y los hermanos entonces comenzaron a planear como matarlo.
Encontramos otra similitud entre José y Jesús. Vemos que el padre de José lo mandó a buscar a sus hermanos y él estuvo dispuesto a ir; Jesús hizo lo mismo por nosotros.
“He aquí, yo he venido para hacer tu voluntad.”
Hebreos 10: 9a
Él fue voluntariamente, pero también encontramos otra analogía; el padre envió a José procurando el bienestar de sus hermanos como leemos en Génesis 37:14 “Entonces Israel le dijo: Ve ahora y mira cómo están tus hermanos y cómo está el rebaño...” ¿Y por el bienestar de quién Dios envió a Jesús a la tierra? Lucas 20:13 nos dice: “Entonces el dueño de la viña dijo: “¿Qué haré? Enviaré a mi hijo amado; quizá a él lo respetarán.” Este es el mismo Dios hablando aquí.
Continuamente con la historia de José, el hijo mayor, Rubén; convence a los hermanos que no maten a José, sino que lo echaran a un pozo vacío para que después él a escondidas pudiera buscarlo y llevarlo junto a su padre, pero otro hermano también hijo de Lea, Judá les convenció de venderlo a una caravana de Ismaelitas en ves de dejarlo morir en el pozo.
Al final esto fue lo que hicieron, lo vendieron por 20 piezas de plata. Recordemos ¿quién es Ismael y quienes son los Ismaelitas? El hermano de Isaac hijo de Abraham con la sierva de Sara, Agar. Era hijo de Abraham, pero no de la promesa de Dios. Los descendientes de Ismael eran llamados Ismaelitas.
Es interesante notar que José es hijo de Israel, sin embargo, él tampoco era el hijo de la promesa, el Mesías vendría de su hermano Judá y conocemos de otra persona que fue vendida, no por sus hermanos sino por un amigo, un discípulo. Judas Iscariote vendió a Jesús a los sacerdotes por 30 piezas de plata. Se ve aquí también que, aunque eran judíos por nacionalidad, no eran judíos espiritualmente, por lo que no eran hijos de la promesa.
Con esta afirmación terminamos el día de hoy, esperamos nos acompañes el próximo miércoles para continuar estudiando “José como tipología de Jesús” en este bello estudio de “Encontrando a Jesús en el A.T.”
Recuerda de orar y visitar Mujer para la Gloria de Diospara que puedas escuchar el estudio y contestar tu cuestionario mientras eres edificada con la hermana Cathy Scheraldi de Núñez, quien nos ha dado la oportunidad de compartir este bello estudio de su autoría.
¡Nos leemos pronto!
En Su Gracia
K A R L A